Ayer estuvimos de Babyshower, y como ya sabéis mi tripón de 29 semanas no me deja pensar en otra cosa que no sean bebés, ropita y tonos suaves y delicados. Debe ser que las hormonas se apoderan de todo lo que tiene que ver con mi mente y mi cuerpo y no me dejan tiempo y espacio para pensar en nada más.
Después de una semana caótica de fin de obras, montajes de cocina, armarios, bricolajes varios y mudanza express mi cabeza necesitaba un poco de paz, y esta delicada fiesta infantil me ha venido genial para reafirmarme en mi creencia que «menos es más» (pocas cosas, mucha luz, colores suaves y todo muy ordenadito. Eso me hacía falta ahora en mi casa…)
La fiesta por el primer cumpleaños de la pequeña Phoebe del blog Pencil Box me ha enamorado, por lo ultra mega sencilla que es y lo bonita que resulta.
Unas simples guirnaldas de trocitos de papel, una mesa con libros forrados de blanco para dar alturas y unos cupcakes absolutamente preciosos son los motivos decorativos suficientes para este primer cumpleaños. Me encanta como queda la combinación del blanco, dorado y turquesa para una fiesta infantil ¿A vosotras?
Pues sí que es sencilla, pero me ha encantado.