Flechazo total. Si ya me gustan de por sí las invitaciones trabajadas y pensadas, si además vienen en una cajita sencilla y kraft ya es enamoramiento profundo.
Me encanta la idea. ¿Por qué preparar una invitación normal? Esto ya por sí solo es un regalo.
Una tarjeta que se convierte en sobre, con un estampado distinto para cada invitación y un mensaje dentro. ¿Y la cajita para qué? Para llenarla de virutas rosas que tienen la única función de hacerte sonreír 🙂